Diez dedos y pura felicidad

Sí, leyeron bien. He vuelto… he vuelto de un retiro que nadie notó. No escribo eso para que me tengan pena, de lo contrario, escribo eso para sentir rabia. Rabia por alejarme, rabia por tirar la toalla.

Lamentablemente, la vida nos reta a varias peleas y las debemos enfrentar, todas a la vez. Podemos vernos sobrepasados y quizás queramos tirar la toalla, sin embargo, esto significa retirarse de muchas peleas. No importa, nos paramos y practicamos de a poco, paso a paso, golpe a golpe. Empezamos haciendo sombra, imaginamos a nuestros demonios, a lo que nos da miedo… para así vencer; sin embargo, es solo la práctica y en el mundo real todavía no llega la hora del enfrentamiento. Ahora, nos preparamos para volver al cuadrilátero.

En mis ratos de ocio paso mucho tiempo tirando golpes y recordando mi amor por las películas de boxeo. La secuencia de entrenamiento debe ser mi cliché favorito del cine. Ese momento por el cual todos pasamos. Todos tenemos nuestra secuencia de entrenamiento y quizás la superamos para luego volvernos más fuertes. Y ahí vamos, de nuevo en el ring, lanzamos golpes y esquivamos ganchos. Tenemos que pelear hasta el último round. Así es la vida… una constante lucha.

En esta nueva etapa de mi vida, con exceso de bajos y escasez de altos, he recibido mucho cariño de personas que, por cosas de la vida, se tornaron en unas sombras distantes y  que, de a poco, vuelven a ser caras conocidas. No sé si los estoy reconociendo o ellos me están reconociendo a mí, idea nefasta ya que indicaría el regreso de un yo anterior que ya ha perdido su espacio en el mundo.

Ahí estoy yo, con una persona de la cual me hice amigo dos veces. Íbamos en la micro, camino a la universidad. Todavía no me encontraba, rechazaba la idea de un yo triste y desmotivado. Mi amiga lo notó, siempre lo nota. «Mira Hernán, te voy a enseñar un truco que siempre me sube el ánimo: toma la punta de tu dedo y piensa en algo que te haga feliz, algo pequeño, algo reciente, tiene que ser algo de lo que estés agradecido. Hazlo con todos tus dedos».

Recuerdo que lo hice un par de veces y puedo dar fe que es un buen método para relajarse y quizás sacar una pequeña sonrisa, incluso en ciudades como Santiago, en donde ver un gesto de felicidad es más difícil que encontrar la motivación en tiempos de tesis.

Sin más preámbulo, los invito a leer 10 cosas que me hacen feliz. Mi amiga me dijo cosas pequeñas, pero esta vez, como forma de reempezar mi blog, las mezclé con cosas que tienen un significado que va más allá de lo cotidiano.

  • Las referencias al boxeo
    • Porque creo que no tendría entrada que escribir sin ellas.
  • Las sopaipillas
    • Porque mi corazón siempre irá con estas masa fritas color zapallo.
  • Las bibliotecas
    • Porque está llena de libros, buenos y malos.
  • Los amigos
    • Porque he tenido suerte al elegirlos y espero que tú, lector, la hayas tenido también.
  • La lluvia
    • Porque demuestra la dualidad de la belleza. Ésta siempre tiene dos caras y aunque a muchos nos guste la lluvia, no todos la disfrutan de la misma manera. Todos saben que las plantas se secan, sin embargo éstas también se ahogan.
  • Los terremotos
    • Porque las crisis siempre estarán ahí, lo queramos o no. Muchas veces son gatilladas por nuestros propios errores. Sin embargo, algunas veces llegan por sí solas y tenemos que afrontarlas. Cómo lo hacemos nos puede decir mucho de nosotros mismos. Esta idea la extenderé en otra entrada.
  • Las cartas
    • Porque esta maravilla olvidada tiene la magia de reconectarnos con gente distante y de paso con nosotros mismos.
  • El arte
    • Porque mi relación de amor y odio con el arte terminó, y ahora puedo decir que estoy en buenos términos con esta imitación de la vida. El arte es lo más humanos que nos está quedando y es nuestro deber conservarlo. Los invito a vivir la vida, a absorberla, a procesarla y  a convertirla en algo que tenga significado para ustedes.
  • La traducción
    • Porque todos necesitamos un objeto que despierte nuestras pasiones. Seré honesto, no soy un admirador de la traducción. Sin embargo, estudiarla me ha enseñado otros caminos y me ha acercado a mi lado más humano.
  • Los vicios
    • Porque en lo que atañe a llegar a ser una persona completa, las debilidades son el veneno más efectivo. Lo digo en ambos sentidos, este veneno nos puede matar o, por otro lado, nos puede volver inmunes y más fuertes.

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El arte es una imitación de la vida, no hay que buscar la belleza en el arte, solo tenemos que mirar a nuestro alrededor.

Ésa es mi lista, con un poco de todo. Espero que les pueda servir y que si algún día se sienten bajoneados, tristes o en búsqueda de una sonrisa, puedan encontrar en sus dedos cosas que los hagan felices.

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